Ofer Laszewicki Rubin – Tel Aviv
Cuando tan solo han pasado algo más de dos semanas de la renuncia de Avigdor Liberman, el ex ministro de defensa que abandonó e hizo tambalear la coalición de gobierno por discrepancias sobre cómo afrontar el conflicto en Gaza, el primer ministro Benjamin Netanyahu afronta otra “bomba” que podría dinamitar su ejecutivo: la recomendación de la policía de llevarlo ante los tribunales por sospechas de que recibió sobornos.
A menos de un día para el final del mandato del jefe de la policía Roni Alsheij, el cuerpo policial publicó sus conclusiones sobre el llamado “caso 4.000”, tras concluir la investigación del caso que gira entorno a la compañía de telecomunicaciones Bezek y al portal de información digital “Walla News”. Además de señalar a Benjamin Netanyahu y a su mujer Sara, también se solicitó llevar ante los tribunales al empresario Shaul Elovich -ex jefe de Bezek- y su esposa Iris. Según la policía, el premier israelí cometió fraude y abuso de confianza, además de aceptar sobornos.
Los investigadores señalan que entre los años 2012 y 2017 Netanyahu intervino directamente en los contenidos de la página “Walla News” e influyó en la contratación de redactores y editores, utilizando contactos conjuntos con la pareja Elovich, que también influyó en la publicación de contenidos en el portal informativo que fueran beneficiosos para Bezek y el resto de sus actividades empresariales.