Periodista especializado en política internacional. Corresponsal en Israel y Palestina desde 2016. Combino cobertura de actualidad política y conflictos, con reportajes y documentales de largo recorrido. Amplia experiencia en prensa escrita, radio y video periodismo. A medio camino entre Tel Aviv y Barcelona. Contacto: OFERLR1@gmail.com
Análisis en radio en el programa «Todo Pasa» de Océano FM (Uruguay) con el periodista Cesar Sanguinetti. Hablamos sobre la violencia en la frontera de la Franja de Gaza con Israel a raíz de la «Gran Marcha del Retorno» convocada cada viernes de abril-mayo por los palestinos.
DESDE BARCELONA, CON SARAH CALO – Ofer Laszewicki Rubin es periodista especializado en política internacional y autor del libro “Israel fuera del foco, retratos de la sociedad más allá del conflicto” y cuya presentación fue realizada en Barcelona por la plataforma cultural judía Mozaika, el pasado 11 de enero. La obra, cuyo prólogo es del célebre periodista Henrique Cymerman, nos adentra en una visión amplia y completa de lo que significa la realidad la sociedad israelí, lejos de los tópicos de eterno conflicto que los medios proporcionan casi a diario.
Las banderas de EEUU e Israel este miércoles en las murallas de Jerusalén –Reuters
Cambia la postura histórica de EEUU y trasladará su embajada de Tel Aviv a la ciudad santa. Las fuerzas de seguridad israelíes están en máxima alerta ante la posibilidad de que estalle la violencia en la zona.
Ofer Laszewicki Rubin – Jerusalén
“Es el momento para reconocer oficialmente Jerusalén como la capital de Israel”, proclamó Donald Trump en su esperado discurso que tenía al mundo en vilo. Según el líder norteamericano, la decisión de la Casa Blanca es un “movimiento para avanzar en el proceso de paz entre Israel y los palestinos”.
Sobre la incógnita del traslado de la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén, oficiales de Washington comunicaron que el presidente volverá a firmar un retraso de seis meses por “motivos logísticos”. Tras oír el discurso, el premier israelí Beniamin Netanyahu dijo que la decisión es “un paso importante hacia la paz, porque no habrá paz que no incluya Jerusalén como la capital de Israel”.
Durante la campaña electoral que le llevó a la toma de la Casa Blanca, el presidente estadounidense Donald Trump insistió en trasladar la embajada de EEUU en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, una polémica medida que supondría el reconocimiento de facto de la ciudad santa como la capital del estado judío.
Desde que asumió el cargo, Trump postergó la medida haciendo caso a las recomendaciones de sus aliados árabes en la región, que le advirtieron que la reubicación de la delegación diplomática podría dinamitar definitivamente cualquier atisbo de reanudar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.
En 1995, el congreso norteamericano aprobó el “acta sobre la Embajada en Jerusalén”, una ley que preveía la financiación para el traslado de la delegación diplomática. Desde entonces, todos los inquilinos de la Casa Blanca han firmado cada medio año una suspensión temporal argumentando que era para proteger los intereses de seguridad nacional. Continuar leyendo
24 años después de los Acuerdos de paz de Oslo, que supuso un punto de inflexión en la relación entre Palestina e Israel, el conflicto de Oriente Medio sigue esperando una solución.
Ofer Laszewicki – Tel Aviv
Manifestantes palestinos discuten con tropas israelíes.
Pasados 24 años de la icónica imagen de Yasser Arafat e Yitzhak Rabin dándose la mano bajo la atenta mirada de Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca en Washington, la paz entre Israel y Palestina todavía sigue esperando. Ese apretón de manos, repleto de esperanzas e incertidumbres, suponía el pistoletazo de salida de los Acuerdos de paz de Oslo (1993), gestados durante un año de intensos encuentros secretos entre israelíes y palestinos bajo auspicio de las autoridades noruegas.
Oslo supuso un punto de inflexión en el longevo conflicto de Oriente Medio, ya que por primera vez ambas partes enfrentadas lograron mirarse de frente y reconocer algo que parecía impensable: que el otro existe. Rabin y Arafat, que junto al entonces ministro de exteriores israelí Shimon Peres fueron galardonados un año después con el premio Nobel de la Paz, contaban con un turbulento historial.
Para los palestinos, Rabin fue el implacable ministro defensa que ordenó a los soldados del tsahal quebrar sin piedad los brazos y las piernas de los manifestantes palestinos que tomaron las calles en la Primera Intifada de 1987. Para los israelíes, Arafat fue el máximo instigador del terrorismo palestino desde que tomara las riendas como líder de Al Fatah y la Organización por la Liberación de Palestina (OLP). Arafat siempre alternó sus dos facetas: la de diplomático y la de guerrillero. El discurso que pronunció en 1974 en la sede de Naciones Unidas da fe de ello: “vine aquí con un ramo de olivo y la pistola de un luchador por la libertad. No dejen que el ramo de olivo caiga de mi mano”.
Los Acuerdos de Oslo fueron un marco repleto de simbolismo. Por primera vez en la historia, el nacionalismo político palestino aceptó el derecho de existencia de Israel, el gobierno hebreo reconoció a la OLP como representante legítimo del pueblo palestino, y ambas partes firmaron resolver sus diferencias mediante vías pacíficas.
Pero tan solo se quisieron diseñar los cimientos de un proceso previsiblemente arduo, por lo que los puntos más calientes se postergaron para el futuro: cómo repartir la soberanía de Jerusalén y sus lugares sagrados; el derecho al retorno de los refugiados palestinos que huyeron o fueron expulsados de sus tierras en el transcurso de la guerra de Independencia de Israel (o Nakba –desastre- palestina) de 1948; el porvenir de las colonias judías construidas en los territorios que Israel ocupó tras la victoria en la Guerra de los Seis Días (Gaza y Cisjordania); y como se definirían las fronteras definitivas del futuro estado palestino.
Básicamente, se decidió empezar por poner en marcha la Autoridad Nacional Palestina (ANP), una administración autonómica que se encargaría inicialmente de la gestión de las principales urbes palestinas, de donde las tropas israelíes se irían retirando gradualmente. Inicialmente, la ANP se puso a prueba en la ciudad de Gaza y en Jericó. A su vez, se acordó la división de Cisjordania en tres áreas: A, bajo plena soberanía palestina, que incluye los principales centros urbanos; B, bajo soberanía civil palestina y control militar israelí; y C, completamente gestionada por Israel, y donde están construidos la mayoría de los asentamientos judíos.
Vídeo sobre la acción en Yaffo de la ONG Women Wage, formada por mujeres israelíes y palestinas, ante la visita oficial del presidente norteamericano Donald Trump a la región.
Las mujeres preparon un mosaico humano con el lema: «Ready for Peace»
Marwan Barghouti, el gran representant de la lluita palestina, s’ha col·locat al centre de l’ull mediàtic després d’haver publicat un article al ‘New York Times’. El seu tarannà polític i la seva capacitat de mobilització el fan famós des de la presó, on compleix condemna per haver organitzat diversos atemptats.
“Per la pau, allibereu Marwan Barghouti, el Mandela palestí”, resa un colorit mural dibuixat sobre l’imponent mur de formigó al checkpoint de Qalandiya, que separa Jerusalem de Ramal·la. Als carrers palestins, Barghouti és considerat un heroi de la resistència contra l’ocupació israeliana, i probablement l’únic líder polític que aconsegueix generar consensos entre les diverses —i habitualment enfrontades— faccions polítiques a Palestina. Per als israelians, el retrat de Barghouti es la màxima expressió del terrorisme indiscriminat: fou líder de les milícies Tanzim, i també fundador de les Brigades dels Màrtirs d’Al-Aqsa, ambdues organitzacions terroristes vinculades al partit polític Al-Fatah. Al 2002 va ser condemnat per la justícia d’Israel a complir cinc cadenes perpètues per l’assassinat de cinc civils, a banda d’haver organitzat quatre atemptats més durant la Segona Intifada. Després d’un període d’ostracisme, Barghouti ha retornat amb força a la primera línia del conflicte i a les portades dels mitjans anunciant una vaga de fam massiva, que en el seu inici compta amb el suport de prop de 1.200 presoners palestins.
Barghouti va iniciar una jugada magistral, planejada minuciosament per generar rebombori. Malgrat viure engarjolat a la presó d’Hadarim, al nord d’Israel, el carismàtic líder palestí va aconseguir filtrar un article d’opinió que va publicar el diari nord-americà New York Times el passat 16 d’abril. Se sospita que el presoner va dictar el text en una de les darreres reunions amb els seus advocats o a la seva dona Fadua, molt activa a mantenir viva la campanya pel seu alliberament. El protagonista va triar una data simbòlica per iniciar la vaga: el Dia del Presoner, que aquest any coincideix amb el cinquantè aniversari de l’ocupació israeliana de Cisjordània i Jerusalem Est, prèviament en mans del regne haiximita de Jordània.