Haim Jelin: “Hamás, como grupo terrorista, entiende nuestra manera de defendernos como si tuviéramos miedo a algo”

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Ofer Laszewicki Rubin – Tel Aviv

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Haim Jelin (Buenos Aires, 1958), hizo “aliyá” a Israel en 1976 y desde entonces reside en el kibutz Beeri, ubicado a escasos kilómetros de la Franja de Gaza. Durante 7 años y medio dirigió el consejo regional de Eshkol, que agrupa comunidades fronterizas con la franja palestina ubicadas a lo largo de 45 kilómetros frente a la valla de seguridad. Tras haber vivido de primera mano las consecuencias de guerras y episodios de tensión, actualmente ocupa un escaño en la Knesset (parlamento) con la formación centrista “Yesh Atid”, liderada por Yair Lapid.

Desde el pasado mes de marzo se han producido episodios violentos en la frontera entre Israel y Gaza, donde miles de palestinos se manifiestan todos los viernes en la llamada “Marcha del retorno”. Además de los choques violentos con el ejército israelí –fuentes gazatíes reportan que en total 130 palestinos murieron por las balas del ejército israelí y un soldado hebreo fue abatido por un francotirador palestino-, desde Gaza se continúan lanzando centenares de cometas y globos incendiarios, que han quemado extensas áreas de terrenos de cultivo, reservas naturales e, incluso, impactado en zonas residenciales. El pasado sábado, un artefacto incendiario alcanzó el domicilio de Jelin.

En una entrevista exclusiva con Aurora, acusa de debilidad al gobierno de Benjamin Netanyahu: “Hamás, como grupo terrorista, entiende nuestra manera de defendernos como si tuviéramos miedo a algo”.

¿Qué ocurrió el fin de semana?

Ocurrió lo que podía ocurrir en cualquier casa al lado de la frontera. Un balón, que en hebreo decimos que “cagan fuego”, cayó en mi casa. Se trata de balones de helio que están conectados a ácido u otro producto químico que prende fuego cuando llegan a terrenos donde pueden prender. Lo que me llegó en casa ayer fue únicamente un balón, porque otros cuatro explotaron no sé dónde. Por suerte no todos llegaron a mi casa, sino hubiera provocado un incendio.

El ejército israelí dispone de recursos tecnológicos y humanos para afrontar todo tipo de amenazas. No obstante, existe la sensación de que todavía no se ha logrado encontrar el antídoto a los artefactos incendiarios, que ya han arrasado centenares de hectáreas agrícolas y reservas naturales. ¿Es posible frenar esta amenaza?

Existe la manera de pararlo. Somos muy fuertes con eso, tenemos el kipat barzel (la batería antimisiles “Cúpula de Hierro”) y la pared debajo de la tierra, un muro que sirve para frenar los túneles de Hamás para infiltrarse en Israel. Así que tratamos de inventar algo contra los balones, pero no fue tan bueno. El ejército y el ministerio de defensa seguirán trabajando en ello.

Entonces, ¿considera que la vía militar es la única opción posible para combatir los artefactos incendiarios?

Al final no hay otra, a veces tienes que atacar, no puedes siempre defender. Hamás, como grupo terrorista, entiende nuestra manera de defendernos como si tuviéramos miedo a algo. Y como cualquier persona que siente miedo, ellos intentar tocar siempre en ese lugar. Creen que el gobierno israelí no va a lanzarse a la guerra por los balones o los incendios. Debemos intentar que la organización del terror haga un contrato: no de paz, pero sí de silencio, que en esos años pueda dar a la franja lo máxima prosperidad para que no haya más pobreza. Porque la pobreza alienta el terror.

La lucha es contra el terror, y el terror es militar y también político. La facción política de Hamás ya está bastante madura para alcanzar un acuerdo con Israel, pero la parte militar no quiere aceptarlo. Y el gobierno de Israel no debe tratar de alejar la próxima guerra, porque eso le conviene a Hamás: significa que tienes miedo a la guerra.

Por tanto, no ve al ejecutivo de Netanyahu capaz de lidiar con la situación de inseguridad permanente que se vive en región fronteriza con Gaza.

El gobierno de Netanyahu, que dice que es el único de derechas que puede luchar contra el terror, lleva gobernando los últimos 10 años en la guerra contra Hamás. Lo que me da miedo es no saber qué hacer respecto a Gaza, no los misiles o los balones incendiarios. No hay estrategia, y así vas a perder esa guerra. No trae ninguna solución. La solución ha de ser militar pero a la vez política. Es imposible ganar sin saber explicarle al mundo qué queremos hacer.

Tras la última escalada violenta del pasado agosto, se abrió el debate sobre la posibilidad de aliviar el bloqueo de la Franja de Gaza para permitir el acceso de trabajadores palestinos a Israel y así mejorar la situación económica y humanitaria de los 2 millones de gazatíes. Es algo que ocurre en Cisjordania, desde donde a diario miles de palestinos entran a trabajar a territorio israelí. ¿Cree que esta medida contribuiría a rebajar la tensión? 

Sí, pero no puedes hacer eso mientras Hamás sigue gobernando. Porque las ganancias de esa industria van a ir al terror. Por eso, una vez que se gane la guerra contra el terror, se puede tratar de ayudar para que la economía de Gaza mejor, que haya trabajo y futuro para sus hijos. En teoría, eso es lo quería hacer el gobierno después de la guerra de 2014, y no lo hizo. Desde Yesh Atid creemos en ello y por eso luchamos.

Parece que la seguridad de los habitantes del “Otef Aza” (comunidades israelíes fronterizas con Gaza) está ligada a la prosperidad de sus vecinos.

El futuro de los 2 millones de palestinos es importante: si no va el agua potable, se generan virus y enfermedades, que pueden terminar entrando a Israel. Así que al final hay que llegar a un acuerdo. Pero para eso necesitas también aceptación en el mundo, no estar solamente vos. El problema es que este gobierno está solo, y depende totalmente de un acuerdo entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP, en manos de Al-Fatah) y Hamás, que es algo que nunca va a pasar. Siempre esperamos en lugar de ser nosotros la vanguardia. Queremos cambiar la economía, porque la economía puede ganar al terror. Esa es la base, y es lo que hay que explicar al mundo. Bibi no ataca, ni explica al mundo porque hay que atacar. No es suficiente explicarse ante EE.UU., ya que ahí el gobierno puede cambiar del mismo modo que cambió el gobierno de Paraguay y su embajada regresó a Tel Aviv. Mañana Trump puede ser reemplazado por otro que no sea amigo de Netanyahu, y nadie sabe qué puede ocurrir.

¿Cómo valora el papel que ejerce actualmente Israel en el terreno diplomático internacional?

Hoy no se gana la guerra con armas, sino con la diplomacia internacional. Estuve hace un mes en Latinoamérica: Chile, Perú y Argentina. Los palestinos tienen allá 70 canales de radio y tv, ¡y nosotros no tenemos nada, nos ganan en Latinoamérica todo el tiempo! Parte de la seguridad de Israel y la seguridad de los judíos en la diáspora es tratar de explicar que está pasando acá en la frontera. No puede ser que de los pocos que explique la situación sea yo porque vivo aquí en la frontera, y porque le puedo decir al mundo que nosotros no podemos empatar ni perder ninguna guerra, perdimos ya demasiadas en nuestra historia judía.

Así nunca vamos a ganar la guerra diplomática, porque Bibi dividió la cancillería de exterior en cinco cuerpos: contra el BDS, sobre Jerusalén, etc…. ¿Y que ganamos con esto? ¡Nada!

En recientes visitas a varios kibutz cerca de Gaza, varios israelíes de origen suramericano recordaban con añoranza los años previos a Hamás y el bloqueo, cuando acudían a Gaza a tomar café o a comprar bicicletas para sus hijos. ¿Es posible retomar las buenas relaciones de vecindad que existieron en el pasado?

Hay que trabajar para llegar allá. Gaza era la segunda economía de la región, cada día entre 55 a 65 mil obreros venían a Israel, ellos construían las casas. Hoy día, ¿quién construye acá en Israel? Por eso sale tan cara la vivienda. También trabajaban en la agricultura, y hoy día Israel debe permitir la entrada de 23.000 tailandeses al año para trabajar en el campo. Pero para que ellos puedan entrar, hay que vencer al terror.

¿Pueden hacer algo los residentes de Gaza para reemplazar a Hamás?

Ellos viven bajo una dictadura y tienen miedo de que los maten. Cuando cambiaron el gobierno de Gaza en 2006 mataron a los palestinos de la ANP, los tiraban de lo alto de los edificios. Viven del miedo. Y el mundo lo sabe, pero calla. Al mundo le es más fácil simpatizar con los pobres y no a los que defienden a su población, como Israel.

Toda la economía de Gaza dependía de nosotros. Eso no tardará 1 o 2 años, mínimo 10, pero hay que empezarlo. Hay que llegar a un punto en que Hamás entienda que puede perder su gobierno, que es algo que a nadie le gusta. O que dejen el terror, o que haya una revolución dentro de Gaza, que un grupo pueda sacar a Hamás. El problema es que hoy los que pueden reemplazarlos son más radicales, grupos similares a Al Qaeda.

¿Y ve posible un relevo en el gobierno de Israel? Hay quienes afirman que no existe una figura de peso en la oposición capaz de substituir a Netanyahu.

Hay reemplazo para cualquier persona. El problema es que Netanyahu asusta a la gente. Y la gente que vive en Israel a veces tiene miedo. Cuando él dice que los árabes vienen a votar y es probable que perdamos las elecciones por los árabes, es un problema. No es democrático.

La próxima vez Yesh Atid, con Yair Lapid al frente, tiene que traer a diputados nuevos que puedan entrar al partido, algún general que fue Ramatkal  (jefe del ejército)… estoy convencido que vamos a ser parte del próximo gobierno.

Para ser parte de un gobierno en Israel es imprescindible formar coaliciones. ¿Se ven sumándose a un ejecutivo de derecha como el actual, o buscarían aliados en el centro-izquierda?

No entiendo de eso. Al final, el eje derecha-izquierda es otro elemento más de Netanyahu. Representa que ellos son el gobierno más a la derecha de la historia, ¿verdad? Y mira como sufrimos en la frontera con Gaza… ¿Y qué pasa en Cisjordania? Ayer justo asesinaron a un hombre a cuchillazos… Es la época con menos seguridad del país, él está vendiendo algo que nadie lo compra ya.

 

Entrevista publicada en Aurora:
http://aurora-israel.co.il/haim-jelin-hamas-como-grupo-terrorista-entiende-nuestra-manera-de-defendernos-como-si-tuvieramos-miedo-a-algo/

La ‘intifada de Trump’ se cobra cuatro muertos en el ‘viernes de la ira’

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Barricada cerca de Ramala

Barricada cerca de Ramala Reuters

ORIENTE PRÓXIMO ‘VIERNES DE LA IRA’

Los enfrentamientos han dejado más de 200 heridos en 30 focos de protesta por toda la región

Ofer Laszewicki Rubin – Jerusalén

El segundo “Día de la Ira” convocado por los palestinos se ha cobrado cuatro víctimas mortales entre el viernes y el sábado. Dos murieron el viernes en la Franja de Gaza y más de 300 resultaron heridos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes en ese territorio y en Cisjordania y Jerusalén por las protestas contra la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer esta ciudad como capital israelí.

El Ministerio de Sanidad palestino informó de que la segunda víctima mortal es Maher Atallah, de 54 años, que se suma a la muerte de Mahmud al Masri, de 30 años, por un impacto de bala del Ejército israelí cuando se manifestaba al este de la ciudad gazatí de Jan Yunis, cerca de la frontera con Israel.

Según fuentes oficiales palestinas, se registraron más de 300 heridos en 30 focos de protesta, que congregaron a más de 5.000 participantes. Además de las marchas habituales en urbes de Cisjordania –Hebrón, Belen, Ramala o Qalqiliya-, Gaza y Jerusalén oriental, también hubo movilizaciones en poblados árabes dentro de Israel, como Umm el-Fahm.

En esta localidad, bastión del Movimiento Islámico de Israel, su líder encarcelado, Raed Salaj, mandó un mensaje a las masas: “Los americanos se unieron a los sionistas para destruir Al-Aqsa. El mundo musulmán debe despertar”. A su vez, dos proyectiles disparados desde Gaza en dirección a Israel fueron interceptados por la batería antimisiles del tsahal.

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Trump desoye a sus aliados y reconoce Jerusalén como capital de Israel

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Las banderas de EEUU e Israel este miércoles en las murallas de Jerusalén

Las banderas de EEUU e Israel este miércoles en las murallas de Jerusalén – Reuters

Cambia la postura histórica de EEUU y trasladará su embajada de Tel Aviv a la ciudad santa. Las fuerzas de seguridad israelíes están en máxima alerta ante la posibilidad de que estalle la violencia en la zona.

Ofer Laszewicki Rubin – Jerusalén

“Es el momento para reconocer oficialmente Jerusalén como la capital de Israel”, proclamó Donald Trump en su esperado discurso que tenía al mundo en vilo. Según el líder norteamericano, la decisión de la Casa Blanca es un “movimiento para avanzar en el proceso de paz entre Israel y los palestinos”.

Sobre la incógnita del traslado de la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén, oficiales de Washington comunicaron que el presidente volverá a firmar un retraso de seis meses por “motivos logísticos”. Tras oír el discurso, el premier israelí Beniamin Netanyahu dijo que la decisión es “un paso importante hacia la paz, porque no habrá paz que no incluya Jerusalén como la capital de Israel”.

Durante la campaña electoral que le llevó a la toma de la Casa Blanca, el presidente estadounidense Donald Trump insistió en trasladar la embajada de EEUU en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, una polémica medida que supondría el reconocimiento de facto de la ciudad santa como la capital del estado judío.

Desde que asumió el cargo, Trump postergó la medida haciendo caso a las recomendaciones de sus aliados árabes en la región, que le advirtieron que la reubicación de la delegación diplomática podría dinamitar definitivamente cualquier atisbo de reanudar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.

En 1995, el congreso norteamericano aprobó el “acta sobre la Embajada en Jerusalén”, una ley que preveía la financiación para el traslado de la delegación diplomática. Desde entonces, todos los inquilinos de la Casa Blanca han firmado cada medio año una suspensión temporal argumentando que era para proteger los intereses de seguridad nacional.
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Mosaico bienvenida a Trump de Women Wage Peace (WWP)

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Vídeo sobre la acción en Yaffo de la ONG Women Wage, formada por mujeres israelíes y palestinas, ante la visita oficial del presidente norteamericano Donald Trump a la región.

Las mujeres preparon un mosaico humano con el lema: «Ready for Peace»

Link: http://bit.ly/2rM9130

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(III) VILLANCICOS (Y RIFLES) EN LA CUNA DE JESÚS

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De la serie «Tales from a strange land»

Ziad, veterano periodista y fixer palestino, nos recogió en el lado israelí del imponente y grisáceo muro de hormigón que divide Jerusalén de Belén. Israel de Palestina. Dos universos sagrados, con una inmensa carga histórica, ubicados a  apenas 20 kilómetros. Sobre el terreno, el muro y el conflicto hacen que la distancia sea abismal entre dos enclaves conectados místicamente pero inmensamente alejados entre sí.
Sorteamos la Tumba de Rachel, otro de los interminables spots de peregrinaje en la holyland. La matriarca descansa (¿en paz?) enjaulada entre placas de hormigón armado y torretas de vigilancia para garantizar la seguridad de los peregrinos judíos que acuden a venerarla. Nos colamos con el auto por una obertura del muro y nos adentramos en Belén sin apenas inspección en el checkpoint israelí. En cuestión de escasos metros, uno siente de repente el latido de Palestina: las banderas, pancartas y grafitis reivindicativos saltan a la vista; los tipos uniformados y armados lucen logos de la ANP y los colores nacionales; las avenidas y el tráfico se tornan alocados y aleatorios; y un enorme anuncio de refresco con Santa Claus deseando felices fiestas da la bienvenida en la enorme avenida que desemboca en la plaza de la Iglesia de la Natividad.

Me sorprendió el blindaje y la cuantiosa presencia policial: diría que pasamos más controles aquí que al entrar en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén. Perros policía rastreando mochilas, decenas de accesos vallados e, incluso, rancheras cargadas de agentes blandiendo sus rifles al puro estilo miliciano revolucionario. Abbas, el presidente palestino, acudía por la noche para celebrar la Misa del Gallo, así que había francotiradores hasta en las terrazas, por si las moscas.

Un lujo pisar Belén acompañado de Henrique Cymerman y Ziad Darwish: dos voces expertas, amigas y conocedoras de los intríngulis de cada cara de la película. Vislumbrando lujosos hoteles y callejuelas en constante transformación, ambos recordaban los 30 años que llevan cubriendo juntos la Navidad de Belén.

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“NO A TRAVÉS DE LAS MIRILLAS DE LOS RIFLES”

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La ONG “Combatants for Peace” (CFP) es un colectivo formado por ex milicianos palestinos y ex soldados israelíes que, tras haber experimentado en sus propias carnes la peor cara del conflicto, decidieron abandonar las armas e iniciar una batalla todavía más complicada: la lucha por la paz

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Ofer Laszewicki Rubin – Jerusalén
15/11/2016

Los viernes por la mañana la estación central de tren de Tel Aviv suele abarrotarse de soldados. A escasos metros de la parada se encuentra la Hakirya, la central de mando del ejército israelí. Además de cargar con imponentes y modernas ametralladoras, los y las jóvenes reclutas también llevan a cuestas pesadas bolsas deportivas. El shabbat se acerca, y muchos aprovechan el día de descanso para pasar la jornada de reposo con sus familias.

En una esquina, unos pocos jóvenes y jubilados se agrupan bajo la sombra de un árbol. Es noviembre, pero el sol es abrasador: rondan los 27 grados. Los congregados se saludan efusivamente y sacan de sus mochilas camisetas de color gris con eslóganes en hebreo, árabe e inglés. “No a través de las mirillas de los rifles”, leo en la parte inferior de una de ellas. Son componentes de la agrupación de Tel Aviv de la ONG “Combatants for Peace” (CFP), colectivo formado por ex milicianos palestinos y ex soldados israelíes que, tras haber experimentado en sus propias carnes la peor cara del conflicto, decidieron abandonar las armas e iniciar una batalla todavía más complicada: la lucha por la paz. Maya, una apuesta muchacha que debe rondar los 30, pasa lista para comprobar que todos los inscritos en el autobús estén en sus asientos. Como cada primer fin de semana del mes, se dirigen al muro que divide Israel de Cisjordania para emprender la “Marcha por la Libertad”.

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Un niño palestino colabora en el montaje de muñecos gigantes para la «Marcha por la Libertad». Foto: Georgina Noy

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